El BCE publicó una nueva actualización del libro de reglas del euro digital, demostrando que no se detiene en su desarrollo.
El Banco Central Europeo (BCE) publicó una nueva actualización del libro de normas del euro digital, demostrando así su decisión de avanzar, pese a todo el rechazo que ha manifestado la población, legisladores y expertos frente a la emisión de una moneda digital de banco central (CBDC) para la eurozona.
Una versión más completa del borrador de las bases para el funcionamiento del euro digital detalla aspectos técnicos, legales y operativos sobre lo que sería el método de pago digital público, emitido por un banco central, y con alcance paneuropeo.
El nuevo documento surge casi un año después de que iniciaran los trabajos del Grupo de Desarrollo del Libro de Reglas (RDG, por sus siglas en inglés). Este convocó a expertos con experiencia que desearan participar como voluntarios en el equipo de trabajo del código normativo del sistema para el euro digital.
El grupo comenzó a trabajar el 23 de febrero del año pasado. Desde entonces, se han venido haciendo actualizaciones al libro de reglas en línea con las decisiones de diseño del euro digital aprobadas por el Consejo de Gobierno del BCE.
Tal como se define en el reglamento, tras la propuesta legislativa del euro digital presentada por la Comisión Europea, los principales actores involucrados en el esquema del euro digital serán el pagador, el beneficiario y los intermediarios.
En el contexto del sistema, el pagador y beneficiario podría ser un usuario individual, un usuario empresarial, un gobierno u otra autoridad pública. Mientras que el intermediario es una entidad que actúa entre el banco central y los usuarios finales en el entorno.
El libro de reglas añade que los intermediarios pueden contratar a entidades de terceros como agentes o subcontratistas para que los apoyen en la prestación de los servicios que están obligados a prestar en virtud del sistema del euro digital.
Queda claro que el esquema del euro digital se construye en torno a la relación entre el Eurosistema o sistema financiero de Europa, el cual actúa como su autoridad rectora, y los intermediarios participantes.
De esta manera se detalla una de las principales características que diferencia al euro digital de sistemas de pago digitales descentralizados, como bitcoin que no requiere la figura de un tercero de confianza para transar entre pares.
El rechazo al euro digital es generalizado
Según un estudio de Hábitos de Uso de Efectivo elaborado por el Banco de España (BDE), el 80% de los españoles no tiene en mente usar el euro digital.
De acuerdo con los resultados, apenas el 20% de unos 1.300 españoles encuestados estaría de acuerdo en usar el euro digital como complemento de los medios de pago actuales. Entre ellos, las tarjetas, los puntos de venta y el efectivo.
Quizás por esa razón, ahora el BCE tiene en mente un activo digital con muchas similitudes con bitcoin que es uno de los activos digitales más aceptados por parte de la población europea.
En ese sentido se ha dicho que el euro digital se podrá usar para pagos en toda la zona del euro. Además, será “gratuito para uso básico y disponible tanto online como offline”.
La CBDC también permitirá la liquidación de pagos de manera instantánea, podrá usarse de persona a persona, en puntos de venta, comercios electrónicos y transacciones gubernamentales, y además se caracterizará por su pseudoanonimato.
Parece que añadiendo algunas características de bitcoin se busca que el euro digital gane simpatía entre los habitantes de Europa. Aunque, aun así, el 5% de los comercios de España no cree que una sea CBDC sea buena para su negocio.
De igual manera, los expertos rechazan al euro digital y algunos de ellos como el economista español Marc Vidal, creen que bitcoin es la única alternativa que existe para proteger la libertad financiera. Mientras que, el también economista Miguel Ángel Fernández, dice que las CBDC solo representan una cosa y eso es “mayor control” por parte del Estado.
